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Como ya se adelantó hace unos días, el bautizo este sábado del único hijo de los Meghan y Harry será un evento de carácter privado y de dimensiones muy reducidas incluso para tratarse de un acontecimiento que se desarrollará en la más estricta intimidad.
Los padres del verdadero protagonista del día han decidido contar con tan solo 25 personas y la gran incógnita ahora es quiénes serán los afortunados que habrán conseguido hacerse con una invitación.
Se espera que la abuela materna del pequeño, Doria Ragland, viaje de nuevo desde California a Inglaterra para no perderse un momento tan especial y parece que otros tantos amigos de Meghan harán ese mismo viaje.
Lindsay Roth y Genevieve Hillis, dos amigas de la duquesa, ya acudieron este jueves con ella a Wimbledon y se las espera también en la celebración de este fin de semana.
Por parte del príncipe Enrique, se da por segura la asistencia de Carlos y Camila y de los duques de Cambridge -con o sin sus tres retoños-, aunque la reina Isabel II ya tendría fijado en su agenda una cita previa que le impediría estar con su bisnieto.