Foto: Getty Images
La reina Isabel II reapareció en la abadía de Westminster para rendir homenaje a la memoria del príncipe Felipe, con quien estuvo casada durante más de 74 años.
Tras superar el Covid-19, la monarca quiso hacer un guiño a la memoria de su esposo a través de una joya que hizo juego con su atuendo color verde esmeralda.
Aunque los médicos le han aconsejado a la reina no asistir a celebraciones debido a que en los últimos meses ha tenido varios problemas de salud, ella ha decidido no faltar a la misa en memoria de su difunto esposo, quien murió a los 99 años el pasado abril.
Se trata de un broche de oro y rubíes, y es uno de los accesorios más preciados de la reina, ya que se lo regaló el príncipe Felipe, 19 años después de su boda.
Es una joya hecha con rubíes reciclados y diamantes, empotrados en oro amarillo en forma de estrella o flor. El joyero Andrew Grima, fue el encargado de hacer la pieza que el príncipe Felipe le encargó, a la que se le conoce como el “broche de escarabajo”, en los círculos reales.
La reina lo recibió como regalo de Felipe en 1966. Y aunque lo ha mostrado en múltiples ocasiones, esta vez tiene un significado más especial, pues lo usó para recordar a su fallecido esposo.
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