Foto: John Shelley Collection/Avalon/Getty Images
Balmoral es un castillo y una propiedad que por largos años ha estado en el corazón de la reina. Por décadas ha sido el destino vacacional y de retiro para ella y la entera Familia Real. Cada que Isabel II visitaba este espacio gustaba de montar a caballo y pasear a los perros por los páramos; de despertar temprano con el sonido de la gaita. También disfrutaba del senderismo, la pesca y la caza.
Fue uno de los destinos privilegiados para el príncipe Carlos y la princesa Diana. Recordemos que durante su luna de miel hicieron una importante parada durante sus habitaciones, pasillos y jardines.
Balmoral también era un palacio famoso por las barbacoas que organizaba el Príncipe Felipe y el sinfín de picnics —tanto de día y de noche— que la familia celebraba.
Pero ¿qué hace tan especial o por qué tanto protagonismo a este castillo?
La primera definición que hay en el diccionario para esta palabra es un zapato de caminar con cordones. También hay registro de que así se llamó una enagua de lana del siglo XIX, que se muestra debajo de la falda.
También así se le llamó a un sombrero escocés sin borde, tradicionalmente de lana azul oscuro con una escarapela y pluma en un lado.