Niobe y Alicia López, dos hermanas apasionadas por la moda nos platican acerca de su emprendimiento: Frattina.
Por Karen Huerta Arceo
Fotos Einar González
Niobe López estudió Psicología en la Universidad Iberoamericana, después de trabajar un tiempo en el hospital infantil, decidió darle un giro a su carrera y empezó a trabajar en El Heraldo de México, donde conoció a su exesposo Joaquín López Doriga; al año de casados, tuvieron a su hijo Joaquín, sin embargo, su suegra en ese entonces, María José, tenía una tienda de bebés para la cual importaba ropa desde España. Niobe viajó con ella para traer productos a su tienda mexicana y fue ahí cuando descubrió lo mucho que le apasionaba la moda y el negocio, es por ello que logró incursionar en un ramo diferente al de su carrera.
Desde muy chica, Alicia su hermana menor, se asombraba mucho al ver a Niobe trabajar tan duro en un ámbito tan interesante como es la moda. Después de graduarse en Ingeniería en Computación en el ITAM tuvo otros trabajos, pero no sentía esa pasión de la que Niobe siempre le hablaba al trabajar en lo que le gusta, es por eso por lo que se adentró en el mundo de la moda de la mano de su hermana mayor y hoy en día hacen una gran mancuerna.
¿Qué es lo que más les gusta de trabajar juntas?
N: Encontrar la moda de la mano de mi hermana es apasionante, los viajes son un gran estímulo, ver la capacidad y creatividad de los diseñadores. Otra parte que nos gusta mucho es ver a las personas que visitan Frattina, felices de encontrar el vestido o el outfit perfecto, que nos elijan para un evento importante no tiene precio.
A: Servir a las mujeres nos une mucho a mi hermana y a mí. Estamos muy enfocadas al servicio, buscamos satisfacer a las personas, nos gusta llevar todo muy personalizado. Es muy importante para nosotras vestir a las mujeres adecuadas para el evento que tengan, siempre siguiendo su gusto.
¿Qué les apasiona dentro de Frattina?
N: A mí lo que más me gusta es despertar y venirme a trabajar todos los días. Empecé con una tienda de 120 metros y terminé con una multimarca con presencia más importante. Nunca ha sido nuestra meta competir con las grandes, nuestro objetivo nunca fue crecer hacia afuera, sino hacia adentro que es fortalecer la relación con los clientes.
A: Somos una familia aquí en Frattina, somos un equipo en el que cada uno es un eslabón de una cadena, algo que nos enorgullece es que muchas mujeres parte de nuestro equipo son cabezas de familia, nos sentimos muy orgullosas de tener una empresa con valores y con la esencia de cada una.
Para ustedes ¿qué es el éxito?
N: Somos una empresa de mujeres para mujeres, yo no siento que el éxito como tal exista, todos tenemos pequeños éxitos todos los días y tropiezos también. El ser multimarca nos permite una flexibilidad de que una colección llega de maravilla, pero a la siguiente semana no sale bien. Algo que considero un éxito y lo hemos compartido, es que los desfiles se lo damos a beneficencias, para que todo lo que se genere en el evento tenga un buen fin, hemos trabajado con Casa de la Amistad, Unicef, entre otras.
A: Como dice Niobe, el éxito es momentáneo, puede que una mujer haya estado feliz con un vestido nuestro, que haya lucido espectacular el día de su evento, pero pude que otra no haya estado tan cómoda con un vestido de aquí. El éxito en Frattina es el adaptarnos a retos nuevos, actualmente estamos buscamos proveedores nuevos que hagan piezas sustentables, buscamos adaptarnos a lo nuevo.
¿Cómo sacaron adelante Frattina en tiempos de pandemia?
N: Con mucho dolor y esfuerzo, pero con gran dedicación y cooperación por parte de todo el equipo. Hubo que ajustarse y cerrar por un tiempo, siempre tratamos de mantener un espíritu optimista, nos la vimos muy duras, muchas marcas desaparecieron, nuestros principales proveedores desaparecieron.
A: La adaptación fue súper importante al igual que nuestras formas de trabajar, llevar todo a la parte de home office, no solo la parte administrativa, sino también las chicas de ventas tener todas las herramientas necesarias para mandar imágenes de lo que llega, contacto con proveedores. Nuestras ordenes en ese tiempo eran a través de zoom, fue todo un reto, algunas marcas nos mandaban pedazos pequeños de tela para nosotras poder tocarla y ver la calidad.
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