Foto Einar González
Así nació Moravy, una marca ciento por ciento mexicana que se dedica a trabajar la originalidad de cada textil adecuándolos al uso del día a día. Tras graduarse en la licenciatura de Derecho, la vida la llevó a estudiar cocina en el extranjero –en Nueva York– y fue ahí que comenzó su pasión por el mundo de la moda.
En su regreso a México, recorrió muchos años el estado de Oaxaca y fue ahí donde conoció uno de los tesoros más valiosos de la nación, sus materiales y artesanos. “Honor a quien honor merece”, dice Ivette sobre las colaboraciones que tiene con diferentes maestros y maestras artesanas.
Moravy trabaja con muchas comunidades, la costa del estado de Oaxaca, el municipio de san Juan Colorado, la sierra, entre otros. En cada una de las piezas únicas e irrepetibles que maneja su marca, se cuenta una historia diferente narrada por los mismos artesanos.
Uno de sus objetivos principales es seguir trabajando día a día para dar difusión a la grandeza de las artesanías elaboradas totalmente a mano. Su inspiración más grande es la mujer moderna, la que no tiene miedo de portar a México en la piel, a diario invita a mujeres a ser Moravys, mujeres independientes, libres y sin temor.
Tras consolidar este gran proyecto, para Ivette es una gran alegría poder compartir su éxito con las familias de muchas mujeres artesanas oaxaqueñas, la planeación de llevar a Moravy a nuevos mercados conlleva un enorme trabajo con el equipo y nada de esto se hubiera logrado sin su colaboración.
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