Foto: Drew Angerer / Getty Images
Esta es la casa de Kamala Harris donde estará viviendo a partir de ahora y sus otras propiedades, que la hacen una gran inversionista inmobiliaria.
Si pensabas que el presidente Joe Biden era el único entusiasta de las propiedades inmobiliarias, no has visto lo que la vicepresidenta Kamala Harris tiene tiene en su propio portafolios.
Con una vida marcada en las geografías de California y una trayectoria escolar bastante notoria en la Universidad de California —en el Hastings College de Derecho— y DC, no es de extrañar que la vicepresidente haya optado por inmuebles en dichas razones. Y esto es lo que sabemos sobre sus casas: dos en California y una en DC (que valen alrededor de $ 8 millones de dólares). Esto sin mencionar el hogar que ahora ocupará como VP.
En 2004, cuando se convirtió en fiscal de San Francisco, Harris compró un departamento en un condominio de la ciudad por $ 489,000 dólares. Su valor casi se ha duplicado desde entonces, según una estimación de Zillow. El loft de 1,000 pies cuadrados está ubicado en el vecindario SoMa (South of Market) de la ciudad.
Harris es vecina ahí del SF MoMA y varias empresas de tecnología como Uber, Airbnb y Salesforce.
En 2012, el esposo de Harris, Doug Emhoff, compró esta casa de 3,500 pies cuadrados en el elegante vecindario de Brentwood en Los Ángeles, donde celebridades como Gwyneth Paltrow y LeBron James poseen mansiones multimillonarias.
Dos años más tarde se casó con Harris y poco después transfirió la casa a un fideicomiso conjunto con las iniciales de ambos. Según Zillow, la casa ahora vale $ 5 millones.
En 2017, Harris pagó $ 1.775 millones por un departamento de dos habitaciones y 1,700 pies cuadrados en la capital del país. El complejo Westlight de 71 unidades con certificación LEED tiene una ubicación privilegiada en el West End de Washington.
Una piscina en la azotea, gimnasio, servicio de limpieza y un conserje las 24 horas son sólo algunas de las amenidades.
Históricamente, los vicepresidentes de Estados Unidos vivían en sus propias casas. Sin embargo, a medida que se volvía cada vez más difícil (y costoso) asegurar las casas privadas, surgió la necesidad de establecer una residencia oficial.