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La infancia de la reconocida actriz y presentadora de televisión Verónica Castro no fue nada fácil; ante el divorcio de sus padres, Fausto Sáinz Aistol y Socorro Castro Alva, su mamá tuvo que salir adelante junto a sus hijos.
En una entrevista con Paty Chapoy, la famosa habló sobre las dificultades que vivió a partir de ese momento cuando era solo una niña. “No teníamos dinero y vivíamos en un cuarto de servicio”, confesó.
Verónica recordó que en ese pequeño cuarto, ubicado en Bucareli y Donato Guerra en la colonia Juárez en la Ciudad de México, su mamá la dejaba con sus hermanos “encerrados” bajo llave, mientras salía a trabajar, por lo que Vero asumía las responsabilidades de su madre.
“Nos dejaba encerrados hasta con llaves para que no se fuera a salir ningún ‘escuincle’. Yo tenía que hacerla prácticamente de mamá de mis hermanos”, detalló.
La mamá de Vero tenía que salir a trabajar lejos de casa durante varias horas, ya que tenía varios trabajos para reunir el dinero suficiente y sacar adelante a sus hijos.
“Ella hacía tesis y trabajaba en Recursos Hidráulicos. Trabajaba también en la universidad. Hacía un montón de cosas para poder pagar ese cuarto”.
Después de su larga jornada laboral, dona Socorro Castro pasaba a un restaurante de comida china cerca de su casa para comprar la cena para Verónica y sus hermanos.
“Una mamila de café con leche de chinos y un bisquet, esa era nuestra cena. Diario la esperábamos ansiosamente porque de comida ni hablamos”, comentó.
Tiempo después, cuando Verónica Castro tenía 14 años tuvo la oportunidad que le cambió radicalmente la vida; recibió una beca para trabajar con el actor Andrés Soler e inició su carrera en la actuación. Aunque muchos no sabían que antes pensó en dedicarse a la religión. “Había tratado de ser monja. Daba catecismo a la vuelta de mi casa, como a dos cuadras”, dijo. Sin embargo, terminó enamorándose del mundo de la actuación.
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