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Lo último que yo hice fue Medea en la Gruta y es muy distinto, porque era algo muy chiquito y en un teatro muy íntimo, y el Insurgentes es otra cosa, requiere otra energía y herramientas, pero tiene una historia impresionante, basta con entrar al lugar, ver las placas, y recordar a toda la gente y producciones que allí se han presentado, para emocionarte. Es otro encanto.
Sí y más que antes. Por más que piense que es algo que ya he hecho antes, pues he participado ya en muchas obras y ya he estado en el Teatro Insurgentes, sigue habiendo nervios. También, creo que antes era más joven, inconsciente y aventada. Ahora soy más madura y claro que creces y aprendes, pero algunos miedos o nervios permanecen.
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Ya verán, pero sí puedo decir es que es una loca, furiosa y víctima de sus tiempos. Y como diría Howard, “¿qué esperamos de una generación que creció educada por la televisión?”. En ese sentido, Diana es una víctima de la educación, en donde aprendió a crecer, a triunfar y a brillar, a costa de pasar por encima de cualquier escrúpulo.
Es muy divertido, de hecho hemos tenido largas conversaciones al acordarnos de Locas de amor, el último proyecto que hicimos juntos hace 13 años. Somos como los niños que en la escuela los separan, porque somos un relajo. Siempre estamos muertos de risa, no dejamos de hablar o iniciamos toda conversación, eso lo hace muy entretenido. Más con esta obra en la que nuestros personajes son antagónicos.
Quizá hoy día, la televisión no tiene el mismo peso que antes, pero los medios de comunicación en general aún lo tienen, entonces sí, seguimos viviendo con cierto nivel de manipulación en la que no siempre nos damos cuenta de que nos mueven a su antojo y nos manipulan a su manera. No me quiero quedar tampoco con un discurso, pues como sociedad hemos avanzado y hemos hecho muchas cosas bien, pero hasta cierto punto, seguimos cegado a ver las cosas que nos rodean.
Como dice el personaje que hace Daniel Giménez Cacho, Howard, primero nos tenemos que enojar y luego ya ver qué hacemos con ello, pero para ello hay que animarnos a ver la realidad. En fin, yo disfruté mucho Network cuando la vi y me invitó a reflexionar sobre lo mucho o poco que han cambiado las cosas y pensar en cómo podemos desconectarnos cada tanto de los medios.
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Me gustaría que la gente disfrute del espectáculo porque es uno muy entretenido y está bien hecho, pero también, me da gusto cuando abandonan el cine o el teatro, pero continúan con la conversación de lo que vieron.
A mí me gusta que, los proyectos en los que participo, me inviten a reflexionar respecto a mi vida, mi cotidianidad y el mundo. Y me encanta saber que la gente se plantea ciertas preguntas. Creo que, el mejor halago que pueden hacerme, es saber que sembré en el público la necesidad de abrir la conversación y cuestionarlo todo. Hay gente que me escribe que, al salir de ver una obra o película en la que estuve, se fueron a discutir o reflexionaron al respecto. Eso que ocurre cuando nos clavamos en algo que vemos, que nos mueve o nos apasiona, es lo que yo percibo y normalmente apuesto por aquellos proyectos que nos hacen reflexionar.
Ilse Salas se integra al elenco de Network como actriz invitada únicamente durante 4 semanas y 16 funciones.