Todavía recuerdo bien la noticia: hace casi cuatro años, en 2018, el Premio Benois de la Danse, era para el mexicano Isaac Hernández. Él tenía 28 años, en ese entonces, y aunque su carrera empezó mucho tiempo antes, nos hizo voltear a ver la disciplina del ballet como algo posible en nuestro país.
Isaac hizo mucho más que ganar un galardón y poner el nombre de México en alto. El valor más grande fue romper los tabúes sociales sobre la danza, cómo es vista, quién se puede y no dedicar a ella; él barrió con el paradigma de ser hombre y dedicarse a esta profesión, además de ver al ballet como algo de lo que sí se puede vivir.
Y es que esta expresión, nos explica Isaac Hernández, es como la vida, “se parece en todo”. Cada día uno se enfrenta con sus propias limitaciones, tanto físicas como mentales, la estructura de la disciplina, el valor y la recompensa del trabajo, “todas esas cosas las considero principios y valores que te enseñan el ballet y que están íntimamente relacionadas a la vida”, nos cuenta Isaac.
Desde una íntima plática en el Museo de Arte Popular en la Ciudad de México, en su visita a nuestro país después de algunos años fuera, Isaac posa ante nuestra cámara luego de una dura época para todo su gremio, puesto que a raíz de la pandemia se presentó una crisis no solo económica, sino de fe, sobre lo que pasaría con la cultura y los espectáculos.
Ahora, esperanzado, en mejor forma y con muchas ganas de estar en su país, Isaac nos comparte con ese encanto que tanto lo caracteriza.
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Hace casi tres años. Desde el inicio de la pandemia. La verdad que sí me emocioné cuando aterrizó el avión, porque se siente bonito. Se añora mucho estar aquí.
Sin duda, es la situación más difícil a la que nos hemos enfrentado históricamente. Nunca se ha vivido tanta desesperanza en el sector, creo que hubo una gran parte que ha abandonado esta profesión y una enorme preocupación durante este periodo, no era solo salir adelante siendo creativos, sino también pensar en las generaciones que siguen. Ver que una persona que se gradúa de la escuela en pandemia no tiene oportunidades.
De hecho, mejoré. Eso fue lo curioso, que aproveché ese periodo para trabajar en cosas que hace mucho no tenía tiempo para hacer, como ciertos factores técnicos de flexibilidad, etcétera. De hecho, estoy bailando mejor que nunca.
Fue muy emocionante, sobre todo por la reacción del público. Recuerdo cuando dan el primer anuncio, la gente empezó a aplaudir y era increíble recordar que siempre hay un sector de la sociedad que busca su refugio en el teatro.
Creo que la responsabilidad y la importancia es de todos los jóvenes. A veces en nuestro país tenemos una idea muy limitada de cómo suceden las cosas y hay que cambiar toda esa teoría.
“Es una una profesión que está llena de tabúes sociales que se pasan de generación en generación, y muchas veces el primer obstáculo que se encuentra es el de la propia familia”, Isaac Hernández.
Los tabúes. Es una una profesión que está llena de tabúes sociales que se pasan de generación en generación, y muchas veces el primer obstáculo que se encuentra es el de la propia familia. Nuestra sociedad ve a las artes como algo diferente, porque existe ese famoso dicho de que “te vas a morir de hambre”, pero todo eso debe cambiar de discurso al de “puedes ser muy útil si te dedicas a las artes”, porque hay movilidad social, económica y grandes oportunidades para desarrollar.
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