La princesa Charlene de Mónaco “rompió las reglas”, con un look totalmente negro en su visita al Vaticano.
El príncipe Alberto y su esposa Charlene de Mónaco, tuvieron una audiencia privada con el Papa Francisco y lo que más llamó la atención de su encuentro fue el look con el que acudió la exnadadora y posó junto al Pontífice.
Después de los graves problemas de salud que atravesó Charlene, finalmente pudo regresar al Principado para retomar los compromisos de su agenda que la han mantenido muy ocupada en las últimas semanas.
Uno de sus más recientes compromisos, fue su visita sorpresa al Vaticano donde la princesa no aprovechó el “privilegio de blanco”, que permite a ciertas reinas y princesas católicas vestir de blanco cuando se reúnen con el Papa, cabe mencionar que Charlene es una de las sietes mujeres de la realeza que tienen permitido hacerlo, a diferencia del resto, que deben usar negro. Aunque en 2013 si lo hizo y se convirtió en la primera consorte monegasca en vestir de blanco ante un Papa.
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Entonces, en esta ocasión la princesa acudió con un diseño elegante de Terrence Bray, con escote palabra de honor, que deja al descubierto el cuello y parte de los hombros, con un top de manga larga transparente, zapatos nude y una mantilla oscura en su cabeza.
En cuanto a los accesorios eligió unos pendientes sencillos, su anillo de compromiso y un rosario y como es común que las mujeres que se encuentran con el Papa lo lleven en la mano, ella lo llevó colgado en el cuello. Otro detalle que también acaparó la atención fue que sus uñas iban pintadas de negro, algo inusual, pues las royals optan por dejarlas al natural o pintarlas en tono nude.
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