Don’t look up, película protagonizada por Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence y Meryl Streep está en boca de todos y aquí te explicamos el porqué.
Por Jorge Alférez
¿Puede una película de ciencia ficción como “Don’t look up”, dar tanto de qué hablar como lo está haciendo? La respuesta es sí, pues resulta que, en muchas ocasiones, la ficción toma demasiados elementos de nuestra realidad para contar la historia y transmitir un mensaje deseado, por más absurdo y surrealista que parezca.
Es por ello que, el filme que hoy cuenta con cuatro nominaciones a los Golden Globes, incluidas la de mejor película de comedia, mejor actor, mejor actriz y mejor guión, es un must de la temporada y la película de la que todos hablan.
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En contexto
La historia comienza con Randall Mindy (Leonardo DiCaprio) y Kate Dibiasky (Jennifer Lawrence), un profesor y su alumna de astronomía, quienes descubren que un asteroide de entre cinco y nueve kilómetros de longitud; está próximo a impactar en la Tierra.
Ante dicho descubrimiento, los astrónomos acuden a la Casa Blanca, para alertar a las autoridades en Estados Unidos, acerca del suceso, pero es la misma presidenta de dicho país -interpretada por Meryl Streep-, quien los subestima e ignora en todo momento sus conocimientos y recomendaciones para salvar al planeta.
Ante tal respuesta, los protagonistas de la historia acuden a los medios de comunicación y comienzan a generar una tensión mediática que se sale de control.
Una sátira muy bien orquestada
Dado el discurso que se maneja, la película ha sido catalogada como una sátira a los problemas ambientales tales como el calentamiento global y otros tantos a los cuales, hoy día nos enfrentamos.
No obstante, dicha sátira va más allá y se burla abiertamente de ciertas conductas políticas y sociales. Incluso, la película que estaba prevista a ser filmada a principios del 2020 y dada la pandemia por Covid-19, tuvo que retrasarse, le otorgó a su guionista y director, Adam McKay, mucho más material para burlarse del manejo de las crisis y la sociedad.
De esta manera, nos invita a reflexionar acerca de la influencia que ejercen tanto los líderes políticos y de opinión, como lo son los medios de comunicación, sobre nuestra libertad y poder de decisión.
Aunado a ello, podríamos hablar de la burla a los clásicos del cine de Hollywood, que nos han acostumbrado a ver a Estados Unidos como el único país capaz de salvar al mundo.
El mensaje
En entrevista para Variety, McKay contó que “la película trata de procesar básicamente la cuestión de qué demonios está pasando en la realidad”, lo cual, y retomando nuestro cuestionamiento inicial, afianza la idea de que la ficción y hasta la comedia, son el retrato mejor plasmado -aunque en ocasiones exagerado- de la vida real, así como de la humanidad.
Es por ello que, la historia que creo McKay y surgió tras tomar como inspiración a la película “Tiburón” (1975), dada la poca credibilidad ante un peligro inminente, hoy es un filme que da mucho de qué hablar. Aún así, debemos recordar que es una historia de ficción y como bien comentó su director, “queríamos sentirnos tristes pero no terminar traumatizados”.
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