Mauricio Kirschner nos cuenta la historia de cómo se ha convertido en el event y wedding planner más cotizado de México, llevando a cabo proyectos y sueños que parecerían inalcanzables.
Por Cecilia Morales Andere
Mauricio Kirschner: “Yo soy de Guadalajara y comencé a realizar las bodas más grandes de las familias top de allá, fue un roller coaster, pues en unos cuantos meses, pasé de diseñar y hacer casas a los proyectos y eventos que organizo ahora. Definitivamente fue la vida la que me jaló a esto porque yo estaba renuente, creo que es el tesoro que me estaba esperando.
Hoy tengo el compromiso de colaborar con muchas personas, crear magia para el día más importante de la vida de una pareja, o un cumpleaños especial, sin dejar a un lado mi pasión que es la arquitectura, pues ahora soy arquitecto de eventos, de momentos efímeros con sueños lúcidos que, en la balanza, logro equilibrar las estructuras e instalaciones con este proyecto de vida”.
¿CÓMO SE HAN MODIFICADO LOS EVENTOS CON EL PASO DEL TIEMPO?
Ahora son una experiencia de vida, sensitiva y sensorial que toca todos los sentidos, por lo menos, eso es lo que yo hago. Siempre traen temas de energía y emocionales en los que generamos un ambiente de amor no solo para la pareja y familia, también para todos sus invitados.
¿QUÉ ELEMENTOS TOMAS EN CUENTA?
Lo primero es que los clientes me cuenten su sueño, nosotros traemos las ideas, las descodificamos, las plasmamos en papel y aterrizamos sus sueños en la vida real. Hacemos realidad lo que antes solo se veía en shows de alta gama. Cumplimos las cosas que para muchos parecen imposibles, desde los 500 músicos de la filarmónica de Nueva York, los cantantes, los DJ, hasta la pirotecnia, etcétera, todo en un mismo momento.
¿CUÁL ES LA CLAVE DEL ÉXITO EN THE HOUSE OK KIRSCHNER?
Yo creo que mucho escuchar al cliente, el brinco realmente, el más grande, que fue como hace cuatro años, no verlo como una empresa mía, sino entender que somos cómplices de estas personas, de lograr sus sueños en el día más importante de su vida, y nosotros mimetizarnos con su familia.
Entendí que no era un trabajo, estoy en el ejercicio de mi vocación, vine a esta vida a puro dharma, porque estoy todos los fines de semana trabajando en el mejor lugar de la Tierra, con la mejor gente, con lo más divino y lo más estético, a la hora que com- prendí eso tiré todas mis barreras, todos mis miedos, todas mis frustraciones, ya nada es confuso, todo es y se realiza con amor.
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