Después de una temporada en la que cambió nuestra relación con nuestros hogares y espacios, Paulina Gil y Adriana Méndez, creadoras de Artífice, conversan con destacados arquitectos con los que colaboran para reflexionar sobre el arte, el espacio, la pandemia y cómo escoger una obra de arte.
SOFÍA ASPE
“Mi trabajo consiste básicamente no solo en crear espacios bellos, sino crear espacios que produzcan sensaciones y emociones, que se logra principalmente gracias al arte”, explica Sofía Aspe, fundadora del estudio/boutique de interiorismo, arquitectura interna, obra y acabados Sofía Aspe Interiorismo.
“El arte es un gran transmisor de emociones, nos hace pensar diferente, replantearnos y preguntarnos cosas; nos mueve, shockea, nos invita a estar en un espacio o al revés”, explica sobre el rol fundamental del arte en un espacio.
El arte ha tomado una relevancia aún mayor, después del 2020 y la pandemia que obligó al mundo a detenerse. “Nuestros clientes estuvieron encerrados durante muchos meses en sus casas, lo que dio lugar a muchas remodelaciones, proyectos de
paisajismo, nuevas terrazas. Lugares donde sentarse a convivir entre plantas, azoteas convertidas en roof gardens y huertos. Muchas transformaciones, donde entró mucho el arte”, explica la interiorista.
“Los clientes, finalmente, lo que quieren es sentir, y el arte te lo permite. Te invita a viajar a otros lugares, remite sensaciones y sentimientos, te da recuerdos y te mueve de lugar”.
CARLOS ZEDILLO VELASCO
Estudió arte y actualmente se dedica a la arquitectura con un enfoque social, no tiene duda de que nuestra relación con nuestros espacios y los objetos que hay en ellos ha cambiado radicalmente tras la pandemia, aunque advierte que aún es demasiado pronto para saber de qué forma.
“El no poder ver a muchas personas estableció una nueva relación con el objeto físico; empezamos a tener una relación tal vez más personal, más íntima con el espacio, con la luz, con el color, porque nuestras relaciones personales se limitaron a las posibilidades que nos otorgó la pandemia. Creo que nunca más vamos a ver a un cuadro, a una foto, a una mesa de la misma forma”, enfatiza el arquitecto.
“Las entendíamos como cosas inertes, pero después de estos momentos de soledad empezamos a entender esta reflexión sobre lo construido, sobre todo entendiendo que otro ser humano lo hizo. Es una relación muy bonita porque no tiene que estar el artista; cuando interactuas con una pieza de arte, igual sabes que hay otro ser humano. Creo que empezamos a entablar otro tipo de conversación, un proceso muy profundo dentro de la pandemia porque te recuerda que no estás solo y que arte es conexión humana”, finaliza.
KALINKA MIKEL
“Lo que yo pude percibir con mis clientes es que, al pasar tanto tiempo en casa, empezaron a observar con detenimiento cada uno de sus espacios. Entonces se dieron cuenta del valor adicional del arte; de la importancia de tener un espacio agradable, visualmente estético”, cuenta la interiorista.
“El arte es definitivamente uno de los elementos más importantes en cuanto a decoración porque no solo viste, además tiene un fondo, transmite e invita a interpretaciones”, enfatiza.
BERNARDO QUINZAÑOS
Co-fundador y director del Centro de Colaboración Arquitectónica “El arte es una herramienta de comunicación, donde expresamos ciertos valores y sentimientos que se pueden apropiar de un espacio”. Sobre el cambio que ha sufrido el arte en la pandemia, opina que “estamos ante un despertar de consciencia general en las personas y quienes van a poder expresarlo son los artistas con su creatividad y sensibilidad”.
Así como en la arquitectura se ha dado un repensar de metodologías y valores inmobiliarios. “Creo que esto de la pandemia ha venido a modificar las prioridades que tienen las personas respecto a los espacios que habitan. Se ha revalorizado la privacidad, la apertura, el espacio amplio”, concluye.
ACERCA DE PAULINA GIL WHITE
Licenciada en Derecho por el ITAM y con maestría en derecho en The Fletcher School of Law and Diplomacy, de la Tufts University, en Boston, Massachusetts, trabajó durante la primera parte de su carrera en distintos y destacados despachos de abogados y fondos de inversión.
A lo largo de su vida, ha estado involucrada en el mundo del arte a través de su familia y amigos artistas y coleccionistas. Al empezar a coleccionar de manera individual, se dio cuenta de la necesidad de que el arte fuera accesible para un mayor número de personas, de limitar las limitaciones y que se entienda el arte como una inversión a futuro y a la vez impulsar a artistas emergentes.
ACERCA DE ADRIANA MÉNDEZ
Licenciada en Derecho por la Universidad Iberoamericana. Posteriormente estudió una maestría de periodismo en la Universidad de Westminster en la Ciudad de Londres, Inglaterra.
Ha trabajado en medios de comunicación como CondeNast y The Economist en Londres, también tiene experiencia en Relaciones Públicas y desarrollo de estrategias para el posicionamiento de marcas.
A través de su vida personal como profesional ha desarrollado interés por diferentes expresiones de arte y cree en una mayor integración entre artistas y potenciales coleccionistas. Así, en 2016 creó junto a su amiga y socia, Paulina Gil White, Artífice, la primera galería de arte virtual que incorporó nueva tecnología y una amplia variedad de artistas y precios con el fin de democratizar y hacer más funcional, fácil y asequible el arte para el público en general y nóveles coleccionistas.
ACERCA DE ARTÍFICE
Plataforma de arte líder en México que promueve la democratización del arte por medio de la venta de obras online y offline (a través de citas y visitas privadas). Gracias al uso efectivo de la tecnología, acercan el arte a un mayor número de potenciales coleccionistas, que buscan realizar compras inteligentes y de calidad a precios accesibles.
