Varios trabajadores de la corona inglesa y expertos de la realeza han señalado a CNN las supuestas inconsistencias de las acusaciones que hicieron los duques de Sussex en su entrevista con Oprah Winfrey.
Parece que la controversia alrededor de la controversial plática televisada no llegará a su fin en ningún momento cercano. Meghan Markle y el príncipe Harry detonaron una bomba en la familia real al revelarle a la conductora que fueron víctimas de racismo, entre otros señalamientos, en el Palacio de Buckingham. La reina, diplomática como siempre, optó por contestar mediante un breve comunicado en el que expresó su cariño hacia la pareja, mientras que presuntamente los duques de Cambridge y el Príncipe Carlos de Gales están muy incómodos en la situación.
Ahora, las tensión entre los dos bandos aumenta, pues el medio de noticias CNN publicó un reportaje de investigación donde señalan algunos puntos que hacen dudar de las afirmaciones que hicieron los duques. El periodista Max Foster, experto en Royals, repasó algunas de las contradicciones que han surgido en las semanas anteriores, como la supuesta boda que tuvieron antes de su ceremonia televisada, que tanto Meghan como Harry han admitido no existió.
Detalles que pasaron desapercibidos han puesto en duda la credibilidad de la pareja, que el año pasado renunció a sus cargos como miembros de alto rango de la familia real. Primero, señala el reportaje, existe incredulidad ante el comentario que hizo Meghan Markle asegurando que nunca buscó en Google a su ahora esposo, y que desde entonces fue desmentida por una amiga de la duquesa. Algunos incluso han llegado a señalar que la exactriz estaba obsesionada con la realeza y la princesa Diana.
Por otro lado, desmintieron el hecho de que a su primer hijo se le haya negado el título de príncipe debido a su raza mixta. De acuerdo con los protocolos de la corona, no le correspondía al no estar en la línea directa de sucesión al trono todavía. Foster también señalo que varios trabajadores del palacio han negado que se celebraran fiestas con periodistas de los tabloides que atacaban a la duquesa y su familia.
Al mismo tiempo, Meghan afirmó que “fue silenciada” por Buckingham, algo que los trabajadores de palacio también desmintieron. Al contrario la duquesa se expresó libremente en asuntos como el feminismo y movimientos sociales como #MeToo, aunque esto va contra los protocolos que deben seguir los miembros de la realeza. Estos los habría aprendido durante su formación para convertirse en royal.
Sin embargo, en la entrevista también indicó que no recibió clases de este tipo, aunque CNN señala que dos personas asignadas por la reina se desplazaron a Kensington para ayudarla en sus deberes: la baronesa Susan Hussey, una de las nueve damas de compañía de Isabel II; y la modista Angela Kelly, asesora y asistente personal de la reina en materias de estilo.
La mayoría de los miembros de la familia real no ha respondido directamente, aunque una amiga de Meghan Markle reveló que el príncipe Harry estuvo en contacto con su padre y hermanos recientemente, aunque fueron platicas “improductivas”.